Si nos sigues y te ocupas del buen estado de tu piel, seguro que ya conoces la necesidad de integrar la exfoliación en tu rutina de cuidado personal. Hoy queremos hablarte de una herramienta concreta: el cepillo exfoliante.
La oferta de productos relacionados con el peeling abarca una amplia diversidad de geles, cremas, emulsiones, guantes, cepillos y esponjas que permiten llevarla a cabo con todas las garantías.
Por ello, en esta ocasión queremos mostrarte las ventajas del cepillo exfoliante y orientarte sobre su correcto uso y elección.
A partir de ahora estarás bien informada para dar con el idóneo de acuerdo con tus necesidades y tipo de piel. De este modo, podrás sacar aún más provecho a esta herramienta tan práctica como eficiente.
Cepillo exfoliante, ¿qué es y qué beneficios tiene?
Se trata de un accesorio que por su fácil manejo pronto se convertirá en indispensable cada vez que te exfolies, sobre todo, si tu piel no tolera otros productos para exfoliar.
Está pensado para eliminar las impurezas que quedan adheridas a la capa superior cuando las células cutáneas finalizan su viaje a lo largo de las 5 capas de la piel y se expira su cometido de cuidarla.
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Al quedar acumuladas entorpecen la oxigenación y nutrición de la tez, afeándola y debilitándola.
La piel está naturalmente programada para deshacerse de estas células muertas una vez al mes, aproximadamente cada 28 días. Sin embargo, existen diversos factores que retardan ese proceso.
Nos referimos, por ejemplo, al envejecimiento, a la contaminación, al estrés o a la falta de descanso y de cuidados cutáneos que hacen necesaria tu intervención para contrarrestar su efecto dañino.
Así, la exfoliación apoyada en el uso de un cepillo logra una limpieza en profundidad al tiempo que activa la circulación sanguínea y linfática, contribuyendo a la depuración del organismo, y estimula tanto la regeneración celular como la producción de colágeno y elastina, indispensables para lucir una piel tersa, joven y bonita.
Todo ello es sumamente beneficioso no solo para embellecer cuerpo, sino para reforzar su barrera protectora natural.
Existen cepillos exfoliantes faciales y corporales, así como manuales y eléctricos.
Los faciales tienden a ser más pequeños y tienen las cerdas más cortas y flexibles que las de los corporales, ya que el cutis del rostro es más delicado y requiere una menor presión y fricción.
Los corporales, por su parte, suelen ser más ergonómicos y portan un mango largo para facilitar la limpieza de zonas poco accesibles, como la espalda.
Los eléctricos funcionan mediante vibraciones y los más sofisticados disponen de un temporizador para que no sobrepases el tiempo máximo recomendado, 2 minutos para el rostro y 10 en el caso del cuerpo.
Nuestra recomendación es que optes por los manuales para el cuerpo y por los eléctricos para la cara, siendo los más completos los que limpian, exfolian y masajean.
Sea cual sea la modalidad que elijas, obtendrás infinidad de beneficios. Los detallamos a continuación.
Beneficios para el rostro
- La llamada zona T (frente, nariz y barbilla) es la más propensa a acumular sebo y, en consecuencia, a presentar brillos, un tono poco uniforme y granitos. El uso de la herramienta te ayudará a acabar con estas imperfecciones y a iluminar tu cutis.
- A la ganancia en luminosidad, debes añadir la mejora de la circulación y de la oxigenación que se traducen en una piel renacida, con un tono homogéneamente y una textura igualada, sin relieves.
- Su uso periódico propiciará que tu cara luzca más joven y fortalecida para lidiar con las constantes agresiones externas.
Beneficios para el cuerpo
- El cepillado en seco ha demostrado ser una efectiva, y sencilla medida para combatir la piel de naranja. Si lo realizas a diario antes de ducharte, tu anticelulítico podrá desplegar su ciencia en un ecosistema más receptivo y los resultados serán más nítidos en menos tiempo.
- Contribuye a mejorar el retorno venoso y a levantar el vello, lo que favorece la prevención del vello enquistado. Para lograrlo deberás ponerlo en práctica el día antes de depilarte.
- Al igual que en el rostro, te proporciona una piel más oxigenada, desintoxicada, regenerada, mejor nutrida y protegida, más suave, elástica, tonificada y joven.
- Ayuda a evitar la formación de granitos en la espalda. Y si ya los tienes, aquí te mostramos cómo puedes deshacerte de ellos.
- Los tratamientos cosméticos que le administres después serán más efectivos.
Cómo utilizarlo y conservarlo correctamente
Pese a que su uso es muy sencillo e intuitivo, existe una pequeña diferencia entre su uso en el rostro y en el cuerpo.
En la primera, lo adecuado es ponerlo en práctica con la piel humedecida y espaciando la frecuencia con el fin de contribuir a la recuperación de la dermis.
Comenzando desde el puente de la nariz, deberás dibujar círculos ascendentes hacia el nacimiento del cabello.
Después, repite el proceso en la dirección contraria y continúa por las mejillas para terminar en la barbilla. Esta maniobra debe realizarse después de aplicar el limpiador, con la piel aún húmeda.
Una vez exfoliada la cara, retira las impurezas que se hayan desprendido con agua tibia y seca con una toalla de algodón, dando pequeños toques. Completa la rutina con tu hidratante habitual.
En el caso del cuerpo, resulta más eficiente que utilices el cepillo sobre la piel seca (y que lo hagas a diario si deseas combatir la celulitis).
Comienza desde los tobillos y ve ascendiendo hacia los hombros ejerciendo un suave masaje en forma de movimientos envolventes de abajo hacia arriba.
De este modo, estarás activando la circulación local y la rutina será más completa y provechosa (por ejemplo, favorecerás que los adipocitos se movilicen).
Cuando hayas cubierto toda la superficie corporal, lava tu cuerpo con tu gel o jabón de costumbre y después, secarlo con suavidad.
Será el momento de hidratar con tu aceite corporal de preferencia y de aplicar, si lo haces, el tratamiento correspondiente (reductora, anticelulítico, etc.).
Siempre atendiendo a la reacción de tu piel, puedes utilizarlo a diario, y combinarlo con el resto de exfoliantes. Si tu piel es sensible, utiliza unas cerdas suaves.
Tan importante como saber utilizar el cepillo, es mantenerlo en buenas condiciones. Una costumbre que te ayudará a prolongar su vida útil.
Toma nota de estas recomendaciones:
- Después de cada uso recuerda limpiarlo empleando jabón neutro y agua templada. Para los espacios entre cerdas menos accesibles válete de un bastoncillo.
- Si es manual, déjalo secar al aire. Si es eléctrico, cerciórate de secarlo en su totalidad.
- Cada 6 meses deberías sustituir los cabezales de los cepillos eléctricos.
- Consérvalo en un lugar seco, fresco y protegido de las fuentes de calor.
Consejos para elegir el cepillo exfoliante idóneo
Al seleccionar tu herramienta lo prioritario es que atiendas a tu tipo de piel, ya que esta característica va a condicionarlo todo.
Sucede lo mismo con la elección del agente exfoliante, siendo los físicos y químicos los más aconsejables por su eficacia, beneficios adicionales y fácil uso. Aquí te mostramos cómo usarlos de forma correcta.
Los físicos, por el grosor de sus gránulos, son más adecuados para el cuerpo y los químicos para el rostro.
Te mostramos: Todos los beneficios del exfoliante de café
Los cutis mixtos, grasos y normales pueden decantarse tanto por una opción manual como por una eléctrica, siempre sin superar la frecuencia indicada y sin ejercer una excesiva presión.
Las pieles secas y sensibles, en cambio, deberían elegir cepillos eléctricos o esponjas exfoliantes.
Estos dispositivos están ideados para prestar una menor fricción y respetar el pH cutáneo, sin dañar la barrera protectora ni alterar la composición hidrolipídica de la dermis.
Si este es tu caso, evitarás reacciones adversas como el enrojecimiento, un aumento del sebo o de la sequedad o el sarpullido como resultado de sobreexponer las nuevas células a las agresiones externas, condenándolas a ser vulnerables y reactivas.
Junto al tipo de tez, tener presente para qué área lo necesitas determinará que escojas un ítem para el rostro o para el cuerpo.
Nunca utilices el mismo para todo el cuerpo ni lo compartas con nadie, la proliferación de bacterias y microorganismos no tardará en hacer acto de presencia y, con ella, las reacciones cutáneas adversas.
Selecciona cepillos con cerdas naturales, que sean suaves y flexibles para el rostro y si tu tez es sensible. En el caso de los corporales, las cerdas, además de más rígidas, deberían ser más largas.
Otra de las preguntas a la que deberás dar respuesta al elegir la herramienta tiene que ver con tus necesidades.
Si, por ejemplo, tienes celulitis y zonas muy rugosas (en talones, codos y rodillas) será preferible que te hagas con uno manual y lo apliques acometiendo varias pasadas en esas áreas conflictivas.
Que cuenten con temporizador, en el caso de los eléctricos, o que además de exfoliar masajeen serán cuestiones que variarán en función de cuál sea tu presupuesto.
La calidad de los materiales afectará a su durabilidad, algo en lo que el mantenimiento que le procures también incidirá.
El diseño decantará la balanza atendiendo a factores subjetivos. Sin embargo, el criterio más relevante es que cuentes con un ítem para el rostro y otro para el cuerpo y que los emplees del modo y con la frecuencia que te hemos pautado.
Como ves, esta herramienta es una forma sencilla, segura y efectiva de retirar las impurezas que impiden que tu piel transpire y se alimente correctamente.
Podrás contribuir a su regeneración y salud, aunque alternar el cepillo con los agentes exfoliantes es la manera de lograr resultados sorprendentes en poco tiempo. Y tú, ¿ya tienes el tuyo?
Resumen