Debo admitir que cuando las mascarillas de sábana llegaron a la escena del cuidado de la piel, me sentí intimidada. Sabía cómo -y por qué- usar las máscaras que venían en frascos, en las que tenía que meter los dedos, luego cubrirme la piel con un paño, luego limpiar el inevitable desorden que dejaba en el lavabo, y luego quitármela del pelo después de aclararla… ¡vale la pena!
Y la idea de una mascarilla de un solo uso que venía empaquetada y que era fácil de aplicar y quitar, no funcionaba.
Pero entonces estaba en un vuelo con una mujer muy chic que también tenía una tez preciosa, y mientras la veía sacar una mascarilla de sábana de su bolso y ponérsela cuando la señal del cinturón de seguridad se encendió, decidí dejar de vivir en la oscuridad.
Y déjame decirte que no debería haber esperado tanto tiempo. Esto es lo que necesitas saber sobre la gloria de estas máscaras de belleza.
¿Qué es una mascarilla de sábana?
¡Me alegra que preguntes! Son unas láminas de tejido con forma de cara impregnadas en una solución con nutrientes llamada suero. La lámina puede estar compuesta por varios materiales que incluyen celulosa, fibras o geles.
También incluye recortes divertidos -o que dan miedo- para los ojos, las fosas nasales y la boca, para que puedas, ya sabes, respirar mientras lo llevas puesto.
Estas mascarillas son diferentes de las de arcilla o de las de crema, pues sólo se requiere posarlas sobre la piel, esperar unos minutos, retirarlas y dejar que se absorba el serum remanente sobre la tez.
No es necesario aclarar el rostro con agua, ni aplicar ningún otro tratamiento para el cuidado de la tez después.
Generalmente son de un sólo uso -a menos que sobre serum y puedas doblarla de nuevo y dejarla empapada- y están empaquetadas individualmente, lo que las hace rápidas, convenientes y fáciles de usar.
¿Por qué deberías usar una?
Si las mascarillas estándar en frascos te parecen demasiado sucias, esta es una buena opción. Pero aparte del factor de limpieza, estos productos también hacen un trabajo maravilloso al asegurarse de que los sueros y esencias mencionados anteriormente entren en tu dermis.
Muchos productos para el cuidado de la piel se evaporan cuando los aplicas -toma tiempo para que penetren realmente- pero estas mascarillas actúan como una barrera que atrapa los ingredientes, previene la evaporación y asegura que tengan suficiente tiempo para penetrar profundamente en tu epidermis para hacer su trabajo.
¿Cómo se usa?
Es realmente fácil. Abre el envoltorio, retira suavemente la máscara (a veces necesitas desplegarla) y pósala sobre el rostro completamente limpio. El tejido empapado se quedará pegado a tu rostro. Deja que actúe durante 20-30 minutos -o lo que indiquen las instrucciones-, retírala y disfruta.
Sólo asegúrate de comenzar con una cara limpia para que tu piel esté mejor preparada para absorber todo lo bueno que contiene.
No te pases con el tiempo, si la dejas puesta demasiado tiempo, la lámina se secará y comenzará a extraer la humedad de tu cutis para rehidratarse, lo contrario de lo que estás tratando de lograr.
Cuando estás ocupada y apenas tienes tiempo para sentarte y descansar, las mascarillas de sábana son un gran aliado, porque puedes usarlas incluso cuando estás limpiando, cocinando, leyendo o viendo la televisión.
Lo bueno es que no tienes que molestarte en lavarla cuando la retires.
Las láminas son de un solo tamaño, pero como no todas las caras tienen el mismo tamaño o forma, es más fácil empezar por la frente y dar palmaditas suaves al bajar mientras se alinean los agujeros para los ojos, la nariz y la boca.
Puedes usar las mascarillas de sábanas tantas veces como quiera a lo largo del día o la semana, pero muchos recomiendan usarlas tres veces a la semana o una vez al día para recibir un cuidado extra.
¿De dónde proceden?
Las mascarillas de sábana son originarias de Japón y Corea del Sur, conocidos por su dedicación a los cosméticos y al cuidado facial. Hoy en día, son muy populares en el mundo entero.
Han cambiado la industria de la belleza y ganado popularidad al hacerse virales gracias a varias celebrities que posaron con ellas en sus redes sociales.
La venta de estas mascarillas aumentó alrededor del 60% en los últimos años, abrumando a otras categorías en el mercado del cuidado de la piel.
¿Cómo funcionan?
Hay una lámina completamente empapada con suero concentrado, que consiste en muchos ingredientes beneficiosos para la tez concentrados, como el ácido hialurónico y vitaminas.
Estos ingredientes se encuentran disueltos en agua. La lámina impide la rápida evaporación de ese agua y prolonga el tiempo necesario para que los ingredientes penetren profundamente en la piel.
El resultado es que estas máscaras superan los efectos de los tratamientos tradicionales de tipo serum, incluso cuando se aplican una sola vez.
¿Qué beneficios tienen?
Aportan efectos rápidos en cuanto a la mejora de la tez. El suero está lleno de vitaminas y minerales, y no reseca la piel en comparación con las mascarillas faciales de tipo pasta.
La lámina ayuda a que el suero se empape en la piel un poco más de tiempo.
Algunas de las hojas también iluminan y hacen que el cutis esté más firme y terso.
Básicamente, son una alternativa barata los tratamientos de spa, son convenientes, fáciles de aplicar, y aportan un efecto de brillo en el cutis.
¿Tienen algún efecto negativo?
Su propósito es nutrir, no exfoliar o limpiar el cutis; por lo que si estás buscando un producto que exfolie o limpie los poros en profundidad, esta no sería una opción eficaz.
Además, el suero de las mascarillas de tejido de baja calidad se evapora rápidamente, incluso antes de que penetre en la dermis. Actualmente, se está investigando diferentes tipos de tejidos de alta tecnología para evitar estos problemas.
¿Qué ingredientes se utilizan en el suero?
Dependiendo de la función que estén destinadas a realizar, el suero contiene varios ingredientes que se utilizan comúnmente, como el ácido hialurónico, el aloe vera y la vitamina C, a otros más inusuales como la perla, el extracto de caracol y las algas marinas.
La gran mayoría de estos están en altas concentraciones, pues no necesitan rellenos para que la textura sea de una manera o de otra.
Además, para la prevención contra la contaminación de bacterias y hongos, la mayoría contienen conservantes, algunos serán químicos como los parabenos y recientemente el fenoxietanol, que no son buenos para la epidermis; mientras que otros serán naturales.
¿De qué materiales están hechas las láminas?
Se utilizan diversos tipos de tejido, aunque los más habituales son:
- Fibra no tejida – Barato, difícil de mover, baja capacidad de introducir suero en la dermis.
- Algodón – Económico, de difícil movilidad, con baja capacidad de introducir suero en la piel (pero mejor que la fibra no tejida).
- Hidrogel – Poco costoso, gran sistema de absorción, consistencia tipo gel, dos partes separadas (superior e inferior) para aplicar en la cara, difícil movilidad, se ajusta bien a la forma de la cara.
- Bio-celulosa – Material caro y totalmente natural, se adhiere bien a la cara, tiene mejores propiedades de absorción y una movilidad confortable.
¿Cuál es la adecuada para tu tipo de piel?
Para la piel irritada… busca ingredientes calmantes para reducir la inflamación. El aloe vera y el extracto de pepino ayudarán a calmar y desestresar el cutis.
Para la piel deshidratada… debe estar llena de ingredientes como ácido hialurónico, glicerina, o extractos de algas marinas.
Para la piel congestionada… busca la miel. Fiel a su nombre, la miel contiene una mezcla nutritiva que trabaja para desintoxicar y aclarar.
Para la piel opaca… necesitas que la mascarilla exfolie suavemente para eliminar las células muertas mientras ilumina la tez. La leche y la perla vienen perfectos para ese propósito.
Para la piel envejecida… aprovisiónate de colágeno y otros ingredientes nutritivos para proporcionar nutrición y suavidad a la epidermis. El colágeno hidrolizado aumenta la elasticidad y hará que tu cara se vea como el culito de un bebé.
¿Cuánto cuestan? y ¿Dónde puedo encontrarlas?
Depende de la marca y la calidad que elijas. Los precios individuales oscilan entre los 2 y los 15 euros.
Las máscaras se pueden encontrar casi en cualquier lugar, desde supermercados, hasta tiendas de cosmética especializada, y por supuesto, online.
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