El aceite corporal es uno de los productos que no faltan en mi baño, y es que, ¡mi piel ya no es la misma desde que lo uso! Y aunque siempre recurro a versiones comerciales, nunca está de más saber cómo hacer su contrapartida casera.
Uno que de verdad se adecúe a nuestras necesidades y gustos personales. A través de esta elaboración casera busco una textura untuosa pero que no resulte grasienta, un aroma relajante, y cero componentes químicos.
Y por supuesto, muchos beneficios. Que deje mi piel nutrida e hidratada, pero no solo eso, quiero mucho más: que me ayude a reafirmar, a calmar la irritación, y si reduce un poquito las estrías y la piel de naranja, pues mucho mejor.
Y aunque estas características -y otros beneficios más- las he encontrado en estos aceites corporales que te recomiendo aquí, de vez en cuando me gusta ponerme el delantal y cacharrear un poco.
Después de todo, estas elaboraciones no llevan tanto tiempo, e incluso podemos ahorrar unos eurillos, aunque si compras ingredientes de calidad, no vas a notar un ahorro sustancial.
Y esto último es fundamental, pues es algo que vas a aplicar sobre tu piel y que se va a absorber en tu organismo. Sinceramente, para usar cualquier cosa de mala calidad, es mejor que no te pongas nada.
Así que con todo esto en mente, paso a desvelarte mis mejores recetas para que tú también puedas experimentar. Aunque antes necesitas saber algo básico en la elaboración de aceites. ¡Toma nota!
La combinación perfecta
Para hacer un elixir de estas características en casa, lo más importante que debes conocer es que necesitas dos tipos de productos: aceites portadores y aceites esenciales.
Los portadores son untuosos y muy nutritivos, con múltiples beneficios para la piel, como el de almendras dulces, coco, oliva o jojoba.
Se deben añadir en mayor cantidad, pues son los que van a «portar» o llevar todas las propiedades de los esenciales hasta lo más profundo de tu piel.
Estos últimos son secos y ligeros, pues son la esencia concentrada de plantas, flores, hojas o cortezas. La lavanda, la menta, el árbol de té y el aceite de limón son los más populares, reconocidos por sus beneficios tópico y de aromaterapia.
No dudes en ser creativa y empezar a experimentar con la elaboración de tus propias recetas de aceites corporales mezclando portadores, esenciales, y tal vez incluso flores.
Aceite corporal: mis recetas caseras para poner en práctica
Aunque la cantidad de opciones a mezclar es casi infinita, voy a destacar mis tres favoritas por su facilidad y sus increíbles resultados.
Calmante: con cáñamo y girasol
Esta acertada combinación mejorará tu piel sensible al hidratar en profundidad y calmar cualquier irritación. Ya verás como te queda suave y sedosa, algo que viene genial incluso durante los meses más fríos del año.
Ingredientes:
- 25 ml de aceite de cáñamo
- 25 ml de aceite de girasol
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharada de aceite de aguacate
- 1 cucharada de aceite de almendras dulces
- 8 gotas de aceite esencial de menta
- 5 gotas de aceite esencial de albahaca
- 3 gotas de aceite esencial de limón
- 3 gotas de aceite esencial de romero
Solo tienes que mezclar todos estos ingredientes en orden y guardarlos en un tarro de cristal para conservarlos correctamente. Consejo: Aplícalo después de exfoliar tu cuerpo en la ducha para que se absorba más fácilmente.
El óleo de aguacate es fantástico para hidratar la piel seca. Contiene un montón de antioxidantes, incluidas las vitaminas A, D y E, así como omega-3. ¡Todo un superalimento para tu dermis!
El de semilla de cáñamo no se queda atrás, te aportará el equilibrio perfecto de ácidos grasos omega-6 y omega-3 que ayudarán a nutrir y calmar cualquier molestia que tengas.
Y el de girasol ya lo conoces, es liviano y se absorbe fácilmente sin obstruir los poros. La gran cantidad de vitamina E que contiene mantendrá tu piel con un aspecto joven y fresco por más tiempo.
Relajante: con almendras dulces y lavanda
Ideal para aplicar por todo tu cuerpo después de un baño vespertino. No tardarás en caer en los brazos de Morfeo y disfrutar de toda una noche de sueño reparador tras su aplicación.
Ingredientes:
- 100 ml de aceite de almendras dulces
- 25 ml de aceite de jojoba
- 25 gotas de aceite esencial de lavanda
- 10 gotas de aceite esencial de vainilla
- 5 gotas de aceite esencial de jazmín
- 5 gotas de aceite esencial de manzanilla
- Ramita de lavanda
Combina todos los ingredientes en una botella de vidrio y agita bien. Puedes reemplazar el aceite esencial de vainilla por una vaina de vainilla, que infundirá lentamente la mezcla oleosa con ese dulce aroma.
Las características de la jojoba son muy similares a nuestras grasas naturales, así que en ningún momento notarás una sensación grasienta.
Energizante: con eucalipto
Los óleos de almendras y jojoba dejarán tu piel suave y sedosa, mientras que el eucalipto te proporciona un impulso matutino que ni el café.
Ingredientes:
- 100 ml de aceite de almendras dulces
- 25 ml de aceite de jojoba
- 20 gotas de aceite esencial de eucalipto
- 8 gotas de aceite esencial de abeto balsámico
- 8 gotas de aceite esencial de bergamota
Mezcla el portador y los aceites esenciales en un frasco de vidrio y mezcla bien. Aplícalo después de la ducha a primera hora de la mañana y comienza el día con energía y vitalidad.
Reconocido por su potencial para despejar la niebla mental, entre otras propiedades, el aceite de eucalipto puede ayudar a calmar los músculos adoloridos y eliminar la fatiga.
Combinado con el de abeto amaderado y el aroma cítrico de bergamota, esta mezcla mejorará tu estado de ánimo en un periquete.
Puedes probar todas estas versiones hasta encontrar la que más te gusta, pues te servirán independientemente del tipo de piel que tengas. Y, por supuesto, puedes hacer las sustituciones que quieras para adaptarlo a tus gustos y necesidades.
¿Cómo aplicarlos?
No tiene mayor misterio y, además, ya te he adelantado algo: la clave es hacerlo siempre después de la ducha. Y si además te has exfoliado, mejor que mejor.
Este es el momento ideal, pues nuestra piel está limpia y húmeda -que no mojada-, y la capa de aceite servirá para sellar esas gotitas de agua para que no se evaporen. También lo puedes usar con la piel seca, faltaría más. De hecho, cualquier momento es bueno para cuidar y mimar nuestra piel.
A diferencia de otros productos de belleza, gracias a su fluidez y concentración no es necesario aplicar grandes cantidades. Lo justo y necesario para abarcar todas las zonas y que así ninguna se quede sin su dosis de nutrición.
Eso sí, tendrás que esparcirlo bien. Ayúdate de un masaje con movimientos rotativos empezando desde los talones y subiendo hasta los hombros.
Como podrás observar, el producto se absorbe enseguida, aunque tendrás que esperar unos minutos para aplicar una crema adicional o vestirte sin más. ¡Tranquila! En total no te llevará más de 5 minutos.
Lo que sí te recomiendo encarecidamente es que lo uses regularmente. Y con regularmente me refiero a todos los días. Los beneficios solo se conseguirán repitiendo la aplicación una y otra vez.
Te enseño a elegir los aceites esenciales
El mundo aceitil es un poco lioso, sobre todo en lo que a versiones esenciales se refiere. Por eso voy a ayudarte a elegir las mejores opciones.
Para que sean de calidad, busca aceites 100% esenciales, sin aditivos ni otros ingredientes agregados. Evita las esencias aromáticas y los aceites ambientadores, que no son aceites esenciales puros y lo más seguro es que contengan compuestos químicos y perfumes sintéticos.
Con todo esto aclarado y la receta en mano, ya no tienes excusa para no empezar a crear tu propio aceite corporal casero.
Resumen